viernes, 3 de diciembre de 2010

"El Perú es Lima, Lima es Gamarra, Gamarra es el demente por el que nos sentimos limeños"


No suelen pasar estas cosas en la Lima en la que vivíamos. Escuchaba con poca atención al añoso psicólogo cuando enumeraba los pormenores del incidente de hoy. Ad portas la fiesta de la natividad un hombre con miedo tomó rehenes en la sede del Banco Continental en esta ciudad. Me resulta difícil creer que pensó en el hurto, se me hace mas cómodo idear las situaciones que lo hicieron depararse su destino de esa forma. De todos modos ¿en que se ha convertido Lima? Tantos asesinatos en vano, tanta miseria, y nadie usa su violencia para avanzar un paso mas. Tan patéticos.
Alrededor de las dos de la tarde un desdichado con un sistema explosivo adherido al cuerpo retuvo a los trabajadores y clientes de la institución bancaria, siete horas mas tarde una bala disparada por un efectivo adiestrado le atravesó los sesos con la mayor inclemencia. Se olvidó toda una vida clavada en esa bala, el cuerpo muerto que quedará en la memoria como el oprobio de esta ciudad no será mas que una mancha en nuestros ojos. Comemos las heces de nuestros antepasados a diario en las calles hechas silencio y lágrimas y nos indignamos por este hombre extravagante, suicida y asesino. Juzgamos nuestro sistema con la mayor ignorancia de él y de la realidad y aplaudimos los logros superficiales de las mascaras honestas. No somos buenas personas, el odio nos une, el repudio lo hace hoy.
Luego de una larga negociación resolvieron por asesinar al asesino. Luego de una elogiable intervención de los servidores públicos hemos olvidado que el Perú no se pudre en los bancos secuestrados, sino en el Congreso y en el Palacio de Gobierno y en los Ministerios y en nuestras casas. Luego de maravillarnos con las coreografiadas acciones de esta película vívida en el canal noticiario, dejamos de saber que mas allá de nuestras calles los niños se mueren de a docenas y las mujeres son violadas por la ineficiencia del Estado. Ahora que el gentilicio del departamento reducido a algunos kilómetros cuadrados suena tan bien, olvidamos que no ha sido esto un once de setiembre de hace nueve años. Señores, ¿es que acaso no ven la ironía de este teatro?

2 comentarios:

  1. Acabas de pintar, con lucidez, nuestra cruda realidad de la cual los medios "informativos" pretenden hacernos ser partícipe de una cinematográfica exposición de un hecho reprochable y punible, desde todo punto de vista, como si fuésemos robotizados a responder de la misma forma en nuestros hogares, y mañana por la mañana hacer de las conversaciones un ¡qué inseguridad!, ¡ya no se puede andar tranquilo en Lima!
    No más me queda limpiar la retina con algunas formas plásticas por donde me conduce el recodo hacia mis adentros.

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